¿Alguna vez te has preguntado por qué ciertos comportamientos de las personas te molestan tanto? O, por el contrario, ¿por qué idealizas a alguien y lo colocas en un pedestal? La respuesta podría estar en algo tan común como la proyección. La proyección es un mecanismo de defensa psicológico que usamos para lidiar con partes de nosotros mismos que no queremos reconocer. Esas emociones,
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¿Vives los vínculos con ansiedad y miedo al abandono? ¿Sientes que sobrefuncionas en tus relaciones y tú eres quien da y el otro/a quien toma? ¿Caes en patrones de codependencia? ¿Saboteas tus relaciones para evitar que te abandonen primero? ¿Evitas entregarte en tus relaciones por miedo a que te hagan daño y te dejen? La herida de abandono es la más extendida y, sinceramente,
¿Eres de los que no para de darle vueltas a las cosas? ¿Te preocupas constantemente de todo e intentas anticiparte a todo lo malo que pueda ocurrir? ¿Por tu mente pasan desenlaces catastróficos que no te dejan vivir tranquilo? Pues tenemos que hablar porque eso no es vida, ¿no crees? Dime, ¿qué ganas sufriendo con antelación? ¿Acaso evitas que lo que tanto temes suceda?
Existen dos corrientes sobre cómo enfocar las emociones ajenas: Tú no eres responsable de las emociones de los demás porque cada uno es responsable de sus propias emociones. Eres completamente responsable de las emociones de los demás. ¿Cuál es la correcta? Este tema me enciende. Tanto que no podía aguantar más para abrir el debate. Y es que tengo mucho que contar al respecto
¿Alguna vez te has encontrado paralizado sin saber qué dirección tomar en la vida? Puede ser angustiante, ¿verdad? Sobre todo si eres una persona hacedora. A este momento se llega de muchas maneras, puede ser como consecuencia de una crisis (cierras un negocio, te echan del trabajo, una ruptura, una enfermedad, etc.), otra veces llegas a este punto por dejarte llevar por la inercia
¿Sabías que en al menos la mitad de las ocasiones eres tú quien (tú solito) te impides conseguir lo que quieres? Lo sé, dan ganas de gritarme que no, que la vida es dura y que todos los problemas a los que haces frente son el verdadero impedimento a tus sueños y metas. Y no voy a negar que la vida, el azar y
Pocas son las personas que confiesan sentir un vacío dentro. Es como si fuera algo de lo que avergonzarse, como si pensaran que hay algo mal en ellas. Después de todo, es asomarse a la redes sociales y creer que todo el mundo es feliz. La gran mayoría de la gente no identifica que siente ese vacío y es precisamente ese abismo lo que
¿Sabías que tienes necesidades emocionales? De hecho, todo el mundo las tiene. No importa si te gusta la idea o no. No importa si lo crees inconveniente, dependiente o poco evolucionado. Todos tenemos necesidades y no puedes dejar de necesitar tus necesidades ni necesitarlas menos. Es imposible. Las puedes intentar reprimir, te puedes engañar por un tiempo, te puedes evadir, distraer o vivir en
Poco se habla de la limerencia pero es un estado mental por el que casi todos, en mayor o menor grado, hemos pasado alguna vez. Se trata de un estado de extrema obsesión, caracterizado por un fuerte deseo de reciprocidad. Experimentamos la limerencia cuando nos gusta o nos enamoramos de alguien y estamos en la proyección de nuestras fantasías, cuando nos rechazan o rompemos
El tipo de relación que tenemos con nuestro padre impacta, si somos mujeres, directamente en el tipo de relaciones que tenemos y si somos hombres en el tipo de masculinidad que tenemos. De hecho, en mujeres, la herida de la madre tiende a marcar un patrón emocional pero es la herida del padre la que marca un tipo de pareja. Lo explico todo en
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