
No podemos negar que tener un negocio nos puede poner al límite. Podemos pasar de la euforia (como cuando conseguimos a un cliente) al pánico (como cuando vemos lo que tenemos que pagar de impuestos o cuando vemos bajar la cifra de nuestra cuenta bancaria) en menos de una semana. Cuando tenemos una empresa, pequeña o grande, lo que hacemos, en realidad, es hacer