Podcast: Cómo hacer peticiones a la vida

Voy a serte franca sobre un tema que está muy de moda. De hecho, creo que voy a dar una opinión muy impopular que espero que no suponga una ruptura entre nosotros sino más bien el inicio de una conversación. 

Ahí va: Esto de la manifestación me chirría un montón, me parece un timo y un tema que juega mucho con las ilusiones de la gente. ¡Ala, ya lo he dicho!

Me explico. Creo que es un enfoque simplista que usa el pensamiento positivo tóxico, el cual invalida las emociones mal conocidas como negativas (como podrían ser la tristeza, la rabia, la envidia, el miedo, etc.) y que, por lo tanto, niega también las adversidades y dificultades de la vida. 

Tampoco considera la existencia del azar y de la suerte, así como la lotería genética (haber nacido en un país u otro, en cierta familia u otra) como factores que SÍ juegan un papel determinante en nuestras vidas. 

Así que el mensaje (que roza el pensamiento mágico) de que si visualizas lo que quieres (que por otro lado es una gran herramienta de anclaje) y lo visualizas con fuerza mientras lo sientes de verdad (alguno hay que por lo menos aquí añade que hay que pasar a la acción), lo que deseas se hará realidad, puede ser engañoso y una receta crecepelo. 

Y aunque sí que creo que está en nuestras manos la posibilidad de cambiar nuestras vidas y de conseguir más de lo que creemos posible, también creo que nuestra capacidad supone solo el 50% y que el otro 50% le corresponde a la vida, que puede darnos o no lo que le pedimos. 

De modo que, no todo lo que anhelamos en la vida terminará dándose aunque lo creamos posible y nos sintamos merecedores de ello. Y que hay que saber aceptar (que no es fácil) que existe la gran posibilidad de que hay cosas que, aunque uno haga su parte, no terminen dándose. Y que NO ES CULPA TUYA que no lo consigas. No será porque no lo sentiste con fuerza o porque no elevaste tu vibración suficientemente. Sino porque la vida, además de maravillosa, es compleja, a veces injusta y muchas otras, dura. 

Dicho esto, ya van dos personas a las que admiro mucho por su rigor y seriedad que me hablan de su práctica de hacer peticiones a la vida. También quiero confesar, que yo le hablo a la vida (sobre todo cuando lo que me da es justo lo contrario a lo que le pedía, para ver si la entiendo y me dejo guiar mejor hacia dónde me quiere llevar) y que son muchas las veces en las que he sentido que la vida movía sus fichas para que cosas/personas/situaciones mucho mejores de las que yo deseaba llegaran a mí ante mi cara de pasmo. 

Así que en el podcast de esta semana, hablo precisamente de estas dos personas y, en concreto, de la técnica que una de ellas usa para hacer peticiones a la vida. Porque si un día me pongo a intentar manifestar, creo que será de esa manera. 

Dale al play y nos vemos en los comentarios.