Estoy preocupada.
Hay un mal que afecta sin piedad a la gran mayoría de los pequeños empresarios y sus efectos son devastadores.
Los principales síntomas son:
- Sensación de no merecimiento (de cobrar mejores precios, de atención de medios, de reconocimiento, de oportunidades y de éxito en general)
- Pensamientos intrusos que les llevan a creer que son un fraude o que no son suficientemente buenos.
Pero lo peor de todo es que estos síntomas los llevas al extremo del autosabotaje.
Es horroroso…
Gente que ante mis ojos son personas extraordinarias, llenas de talento y trabajadoras incansables que merecen todos y cada uno de los euros que ganan y que seguramente deberían cobrar más por sus productos o servicios dinamitan su posibilidad de éxito con decisiones pobres o con una actitud y acción limitada.
Los efectos son devastadores porque, ¡se vuelven ciegos!
Y es que, a pesar de las pruebas externas de su competencia, aquellos que sufren este mal permanecen convencidos de que son un fraude y no merecen el éxito que han conseguido.
Se trata de una condición que les impide avanzar con eficacia y rapidez hacia sus metas.
El mal que sufren se llama el síndrome del impostor y me atrevería a decir que probablemente tú también eres uno de los afectados, ¿me equivoco?
De no ser así, ¡tienes suerte! Pero si te sientes mínimamente identificado te invito a escuchar mi podcast de esta semana donde hablo a fondo de este tema y donde comparto prácticas herramientas para ayudarte a gestionar este bloqueo.
Aquí puedes escuchar el episodio también y suscribirte a mi podcast desde otras plataformas:
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Espero que este episodio te convenza de una vez por todas de lo maravillosamente talentoso que eres y de lo merecedor que eres de todo el éxito del mundo.
Mereces lo que quieres y seguramente mucho más, ya que me atrevo a pensar que quizás no te des permiso para desear sin censurarte.
Un fuerte abrazo,
