Cómo gestionar el rechazo y hacer que duela menos

El rechazo es una de las experiencias más dolorosas que podemos tener. De hecho, es algo que todos, sin excepción, hemos sentido en nuestra propia carne, no solo una, sino varias veces y de muchas formas.

Porque el rechazo se presenta en muchas situaciones y escenarios: rechazo de un grupo o de un amigo, rechazo de un trabajo, rechazo como candidato para un empleo, rechazo de un cliente, rechazo de afecto de alguien a quien amas, rechazo de una pareja, rechazo de un familiar… y la lista sigue indefinidamente.

Al final sientes que eres descartado por inadecuado, inapropiado o, simplemente, por no ser querido, porque hay algo inherentemente mal en ti. Se siente como un no a tu persona en una situación en la que necesitas que sea un sí porque al aceptarte estarían reconociendo tu valor, que eres apreciado y que te ven adecuado.

Así que, inconscientemente, vives el rechazo como una confirmación de tu valor y merecimiento. Por lo que, cuando eres rechazado, es normal pensar que si te rechazan, es porque, entonces, no vales. Y hiere muchísimo.

Ser rechazado es doloroso y da pie a muchas emociones más: tristeza, vergüenza, humillación,… Pero puedes hacer algo para que este dolor no se convierta en sufrimiento. Y es justo lo que comparto contigo en este episodio de mi podcast.